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La luna no es astro,
la luna no es blanca,
la luna no sale de noche,
la luna no es redonda,
la luna no será habitada,
la luna nada tiene que ver con las mareas
ni con los cosmonautas,
la luna es una flor amarilla hecha de vapor
niquelado,
la luna es el atisbo inquietante del Narciso
desorbitado y loco,
a la luna en su mansedumbre sólo le falta
el cisne,
en los crepúsculos la luna funde su metal
para enchapar la cola de las sirenas,una mujer desnuda sumergida en
un estanque
es la otra cara de la luna,
por la cascada sabemos que la luna precipita
sus represas,
las bestias engullen la luna en los abrevaderos,
presa de pánico la luna acepta que los lobos
acicalen el colmillo en sus escamas,
la luna es el ojo del náufrago en el temblor
supremo del sobresalto,
los lancheros decapitan la luna con sus remos,
la luna es la sombra amoratada del ahogado
persiguiendo sin sosiego a los navegantes,
la luna ronda los sueños.
La luna es el atajo por donde huyen los
enamorados.

 

a Fernando Quiñones,
a Nadia Consolani