Silenciosa
al galope pasa
la sombra de un caballo blanco.
¿Y el caballo?
¿Y el jinete?
¿El jinete no llevaba sombra?
¿Por qué sola y blanca
la sombra del caballo?
¿Qué callan las herraduras,
por qué callan?
Al galope pasa
hasta perderse en el horizonte,
presa de espanto la sombra indómita
del caballo sin rumbo.
A Carlos Bousoño