Mi querido amigo Arturo

Me parece que he tardado mucho en darte noticias mías, agradeciéndote a la vez por tu muy bonito regalo que me ofreció la señora Carla Caño Mena Gálvez. En verdad, tu Rucio pintado en forma de retablo es una maravilla que me parece muy precioso. Y me gusta tanto más (a la vez que me siento molesto ante ti que el artista (ayacuchano, creo) te lo dedicó con mucha gentileza. Esta es una muestra de amistad que me emocionó mucho, y por la cual te estoy muy agradecido. La foto mata, tomé dos fotos y te la mandaré: supongo que serán buenas.

No supe que contestar a nuestra amiga Carla, porque el mundo de los novelistas me es menos conocido que el de los poetas, pero su visita no fue inútil, dado que tengo direcciones de amigos

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que escriben novelas y se los puede dar sin dificultad.

Por otra parte, ya leí, en forma diagonal los “Quince días de Lucidez” y me parece que este es un libro muy interesante a la vez que un poquito inquietante. ¡Mil gracias Arturo por la visita de esta nueva amiga que en verdad me ha encantado!

Me queda por pedirte noticias más precisas, de ti y de tu esposa, así como de toda tu familia, que aún mejor – es lógico – me resultarán más gratas. Los espero.
Con muchos cariños y un gran abrazo a los dos.

Marcel
Bruselas, el 26 de abril de 1980.