Ilustradores

Arturo vió el trabajo de Tilsa Tsuchiya a comienzos de los 60, en la galería limeña que dirigía Sebastián Salazar Bondy. Winston Orrillo les presentó. Tilsa ilustró Noé delirante, gracias en parte al entusiasta apoyo de Carlos Milla Batres. Más tarde, declaró que hasta ahí sólo pintaba, y que Noé le había abierto a un nuevo universo que le llevaría a dibujar. Desde entonces, la amistad y la colaboración entre ambos artistas creció imparable hasta la muerte temprana de Tilsa.

Gabriel Lefebvre es un ilustrador belga- francés, estudió en la Escuela de Bellas Artes en la ciudad de Mons donde reside. Ha realizado diversas exposiciones de pintura como también ha ilustrado varios libros de poetas como Arthur Rimbaud, Charles Baudelaire y la Fontaine. Trabaja la acuarela, mezclando la explosión de color con la finura de la línea en figuras con un estilo propio inconfundible.

Félix Nakamura, fue un animador peruano de reconocido talento. Nació en Perú de padres japoneses, vivió gran parte de su vida en Venezuela con su esposa Isolina Nakamura y su hija Rosa Nakamura. Murió en su Perú natal en abril de 2000.

Rosamar Corcuera es artista plástica, ceramista  e ilustradora, egresada de la Facultad de Arte en la Pontificia Universidad Católica del Perú con mención en pintura y estudios de cerámica. Estudió dibujo con Cristina Gálvez y pintura con Miguel Ángel Cuadros. Se ha desarrollado como artista contemporánea a través de la arcilla y la cerámica escultórica inspirada en las culturas precolombinas y la mitología de los andes o de la Amazonia. Ilustró varios libros de su padre incluyendo Noé delirante.

Gerardo Chávez López (Trujillo, Perú, 1937) es uno de los grandes maestros de la pintura peruana y latinoamericana. Obras notables: La procesión de la Papa, La creación del nuevo hombre, Estrella del amanecer, El último ídolo, Mama. Comparte muchos años de amistad y colaboración con Arturo Corcuera, ilustrando varias de sus obras como «Celebración de tu cuerpo» o «Sonetos del viejo amador». En 2017 Gerardo ilustró el último poemario de Arturo que fue publicado de manera póstuma. Arturo y Gerardo llegaron a ver juntos, como debía ser, estas extraordinarias ilustraciones.